Un sólido es un cuerpo: es decir, un objeto tridimensional. Las caras, por otra parte, son las diversas superficies que forman los sólidos. En el caso de los icosaedros, se trata específicamente de poliedros, ya que son sólidos delimitados por superficies planas.
Los icosaedros pueden ser cóncavos o convexos. Cuando el icosaedro tiene veinte caras que son triángulos iguales entre sí, congruentes y equiláteros, es regular y convexo.